James Cameron bajó tantas veces a ver el Titanic original, que pasó más tiempo en él que cualquier pasajero. Tanto así que grabó un documental sobre sus inmersiones llamado Fantasmas del abismo. De hecho, en una plática dijo que la única razón por la que hizo la película fue para tener un pretexto para bajar a ver el Titanic en vivo y a todo color.