No son las diferencias y los desacuerdos lo que hace daño no es lo que decimos sino el modo en que lo decimos. Ocurre con frecuencia que el hombre se siente desafiado (y su atención se centra entonces en tener razón, se olvida de ser afectuoso y disminuye su capacidad para comunicarse en un tono, respetuoso y tranquilizador).
1. EL MEJOR MODO DE PONER FIN A UNA DISCUSIÓN ES PARARLA EN SECO
-Los matrimonios discrepan sobre muchos asuntos (dinero, sexo, hijos, valores, la casa, etc.), pero han de aprender a discrepar sin desaprobar las conductas del otro…
-Las charlas y negociaciones se convierten en penosas discusiones cuando alguno de los dos no se siente amado…
2. DESCUBRIR LA RAÍZ DEL PROBLEMA
Debemos tener en cuenta como piensa la pareja para poder descubrir el punto quiebre de la relación.