Diversos medios de comunicación en México y el extranjero recogieron la noticia de que el boxeador iba a celebrar el bautizo de su descendiente y que para ello había contratado un circo, cuya temática iba a primar en el festejo.
Pero a dicha celebración, ningún medio de comunicación estaba invitado pues se trataba de un evento netamente privado, de manera que la presencia de fotógrafos y reporteros enojó de gran manera al boxeador.
El deportista mexicano se comportó muy hostil y al bajar de su camioneta dijo que “no era de su agrado” y pidió respeto a su “vida personal” mientras su familia ingresaba a la iglesia donde se llevaría la ceremonia.