El dibujante argentino Joaquín Salvador Lavado, quien era mundialmente conocido como Quino, falleció este miércoles a los 88 años de edad, en Mendoza, su ciudad natal, donde se había instalado hace tres años, tras la muerte de su esposa. Al quedar viudo, el humorista quedó sumido en la misma tristeza que hoy embarga no solo a los argentinos, si no al mundo de seguidores de la historia y vida ficticia de la niña a la que no le gusta la sopa.
“Se murió Quino. Toda la gente buena en el país y en el mundo lo llorará”, tuiteó Daniel Divinsky, amigo y editor histórico del artista.
Como sabemos Quino, es hijo de inmigrantes andaluces, con trece años empezó a estudiar Bellas Artes en Mendoza pero se hartó del clasicismo para dedicarse al cómic. A los 18 años se fue a vivir a Buenos Aires y logró publicar su primera tira cómica en 1954 en el semanario “Esto es”.
Sin embargo tardaría diez años más en presentar en sociedad a su icónico personaje, convirtiéndose con el tiempo en uno más de los mitos argentinos. Las aventuras de Mafalda se publicaron entre 1964 y 1973, pero siguieron reeditándose, traduciéndose, replicándose en revistas y diarios, y recorriendo el mundo y las distintas generaciones durante medio siglo. Hasta hoy.
Se sabe que en realidad, Mafalda había nacido en 1963. Quino creó a la niña para un anuncio -que nunca vio la luz- de la agencia de publicidad porteña donde trabajaba para financiar su pasión por el dibujo. Ese mismo año había publicado su primera recopilación de chistes gráficos en un libro titulado “Mundo Quino”. La primera historieta de Mafalda se acabaría publicando el 29 de septiembre de 1964 en el semanario ‘Primera Plana’.
El nacimiento de Mafalda y el resto de personajes de las tiras, como Miguelito, Felipe o Susana , ocurrió en los convulsos y revolucionarios años sesenta de Argentina y Latinoamérica. La niña de inocentes ideas progresistas y pacifistas marcaron e ilustraron a una generación joven y de clase media argentina, buena parte de la cual acabó desaparecida o en el exilio. Quino y su esposa, Alicia, decidieron irse a vivir a Italia al iniciarse la dictadura en 1976 y se instalaron en Milán. Con la recuperación democrática en 1983, el artista siguió residiendo en Europa pero viajó frecuentemente a Argentina hasta que hace unos años regresó definitivamente a su país natal.