Con el romanticismo a ritmo de salsa que lo caracteriza, el artista vuelve a contagiar con su sabor musical, esta vez en una fusión urbana con su compatriota. El toque pícaro lo pone Farruko, quien en esta ocasión es como la conciencia del salsero, e incluso se ve cómo el reguetonero contagia a Víctor Manuelle hasta en la forma de vestir.