Luego de que se diera a conocer la información de que la actriz de 39 años, vive desde enero de 2018 un martirio, pues para corregirse un procedimiento estético que no le gustó recurrió a un establecimiento donde le aplicaron ácido glicólico en la base de las cejas, provocándole quemaduras de segundo grado y una cicatriz de por vida, hoy da mayores detalles.
Liz declaró que una maquillista le recomendó el local, aseverándole que allí podrían darle solución a la mala micropigmetación que le habían realizado, explicando que le salió mucho peor el remedio que la enfermedad, porque al insistir en borrar el trabajo que no le agradó confió en manos inexpertas.
Así mismo, detalló que lleva un proceso largo, porque lleva casi dos años tratando de reparar el daño, aunque desconoce por cuánto tiempo durará así. Sin embargo, no pierde el impulso y afirma que seguirá dando la batalla hasta que termine de recuperarse.