Una vez más Piqué no deja de sorprender. Ahora ya no oculta sus aires de superioridad. Sin embargo, ya no tiene quien lo aguante, porque sus amigos se la tienen jurada.
En la última edición de la Kings Ligue, se habló de los problemas que la liga venía arrastrando. Y como a Piqué todo le sale bien (sarcasmo) decidió arreglar solito lo que estaba pasando.
En esta edición, Piqué quiso ser autoritario, pero no se le dio bien. Intentó dejar claro que las reglas se tenían que respetar, pero la forma en que lo dijo no fue la más acertada. Sin embargo, su ego le impidió darse cuenta y siguió embarrándola más.
La situación se puso más tensa cuando invitó a los equipos a retirarse si no estaban dispuestos a hacerle caso. Pero fue Gerard Romero, su compañero de sala, quien intentó bajar la revolución del momento. Y por si fuera poco, Piqué termino callándolo.
Pero esta no ha sido la única vez que ha callado a alguien,