Querido esposo, ¿qué está pasando contigo? ¿a dónde estamos llegando?. Parece que la vida haya terminado a tu lado, los días son tristes y sonreir se hace realmente difícil. Complicado.
No entiendo; te levantas por las mañanas y ni me saludas. Vas a trabajar y apenas me dices adios. Durante el día ni me mandas un mensaje o no me llamas para decirme un “cómo estás” y si lo hago yo te molestas. No quieres que nunca quedemos para ir a comer a ese restaurant que antes siempre íbamos y si paso a verte por el trabajo, siempre estás ocupado, ¿te escondes de mí, verdad?