Lo pasé fatal el día que termino todo, te amaba tanto, estuve durante días muy triste, pensando muchas cosas, pensando que sería lo que había pasado y que sería lo que había hecho, yo, para que terminara todo así. Del amor al desamor con tanta facilidad.
Mis lágrimas inundaron mi alma y sin darme cuenta me ahogaba cada vez más. Mi cama era mi refugio y mi lugar de estadía, y salir a la calle era un reto que se volvia mas complicado afrontar.
Pensaba en mi corazón, que nunca más podría salir adelante y que después de esto, no podría volver a ser la misma de antes.
Los recuerdos y las cosas vividas a tu lado, tenían mucho peso y en mis pensamientos solo tenía la esperanza de que todo volviera a la normalidad. Esperaba que volvieras a mi lado y me amaras igual o más que antes.
Era tanta mi tristeza, que hasta por mi mente pasaban sentimientos de muerte y de no vivir más en esta vida.
Pero: Un día, resucite. Mi alma volvió a la vida, porque empecé a darme cuenta de varias cosas.
En la vida hay muchos caminos que recorrer y nosotros, elegimos cuál de ellos escogemos. Me di cuenta, de que no podía tirar la toalla tan fácilmente, sólo, por el mero hecho de que escogí un camino que me llevo a un sitio sin salida.
Mire a mi alrededor y puede ver el mundo, vi miles de caminos cerca del que yo estaba en ese momento y veía que era cuestión de que mi actitud y mi decisión salieran de ese lugar sin salida, campo a través, sin necesidad de retroceder, poniendo mis pies en un nuevo camino de aire más freso y de una sol que iluminaría de nuevo mi caminar.
Es importante y natural pasar el duelo de la relación, pero no es nunca el final. Es solo un fin de sendero, y sé, que el mar reposa allí a lo lejos, y como decía, hay miles de nuevos senderos que te podrán llevar a ese mar inmenso de color azul y de amor incalculable.